Blancos, relucientes y parejos: así son los dientes de esas sonrisas perfectas que admiramos en las modelos y en los artistas, en las revistas y en las películas, pero que vemos muy poco en la vida real. Cuando brotan los dientes definitivos, por lo general vienen protegidos por un esmalte blanco y nítido. ¿Qué le sucede con el tiempo a ese esmalte que va perdiendo su brillo y tornándose amarillento? Y lo más importante, ¿qué podemos hacer para evitar que se manchen los dientes?
La sonrisa ideal tiene como ingrediente fundamental dientes blancos, parejos y relucientes. En eso hay mucha gente que está de acuerdo.